domingo, 14 de diciembre de 2014

El hijo ingrato




Un hombre y su esposa estaban sentados en el salón, y tenían en su mesa un delicioso pollo asado para comerlo juntos. En eso el hombre vio que su anciano padre se acercaba, y rápidamente tomó el pollo y lo escondió, para que el anciano no pudiera coger nada de pollo. El viejito llegó, tomó una bebida y se marchó.

Entonces el hijo quiso poner de nuevo el pollo en la mesa, y cuando fue a cogerlo, lo que había era un enorme sapo que se le lanzó a su cara y se quedó allí pegado y nunca se le despegó.

Si alguien intentaba quitárselo, lo miraba con ojos maliciosos como si estuviera a punto de lanzársele a su cara, así que nadie se aventuraba a tocarlo. Y el ingrato hijo quedó obligado a alimentar al sapo todos los días, porque si no él se alimentaba de su cara. Así, por su ingratitud. el hombre no volvió a tener descanso en su vida.
Enseñanza : Hay que ser generoso y agradecidos con los padres.

FIN

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