Lobos y Cabras, Dios y el Diablo
Esto lo apenó mucho, de modo que en su bondad y piedad él convocó a sus lobos para que ahuyentaran a las cabras que llegaran por allí. Cuando el diablo observó eso, fue donde el Señor y le dijo,
-"Tus criaturas han molestado a las mías".-
El Señor contestó,
-"¿Por qué no les enseñas a no hacer daño?"-
El Diablo dijo,
-"No estoy obligado para hacerlo: en vista de que mis pensamientos siempre van dirigidos hacia el mal, no pienso en que puedan actuar de otra manera, y Tú debes pagarme por las molestias que me has causado ahuyentándolas."-
-"Te pagaré tan pronto como todos los robles hayan botado todas sus hojas; ven entonces y tu paga estará entonces lista."- le dijo el Señor Dios.
Cuando las hojas de los robles de la región habían caído, el Diablo vino y exigió lo que decía que le debían. Pero el Señor dijo,
-"Aún en la iglesia de Constantinopla hay un alto roble que todavía tiene todas sus hojas."-
Con furia y diciendo maldiciones, el Diablo se marchó, y fue a buscar el roble. Vagó en el páramo durante seis meses antes de encontrarlo, y cuando él regresó al sitio de partida, todos los robles mientras tanto se habían cubierto otra vez con hojas verdes. Entonces él tuvo que resignarse a perder su indemnización, y en su rabia él transformó los ojos de todas las cabras, e hizo que se vieran desde entonces bien misteriosos.
Por eso es que las cabras tienen esos ojos tan particulares y sus colas son pequeñas, y también por eso es que los pintores se divierten pintando al diablo con cara parecida a una cabra pero poniéndole una cola larga con una flecha en su punta.
Enseñanza:
Ningún beneficio otorga el interferir en los trabajos de otros sin haber sido llamado.
Comentario:
En realidad las cabras son bellas creaturas amadas de Dios, todas dulces, pacíficas y llenas de bondad y amistad con los seres humanos y nos proveen con lácteos totalmente saludables. Amémoslas y tratémoslas con cariño.
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